miércoles, junio 21, 2006

Pedro Caetano


No es fácil. Es más bien difícil dejar de comentar, aunque se que mi audiencia es tan reducida que pronto será nula, a riesgo de perderlos de puro tedio, seguir incansable en el tema de la música brasileña. No solo de la música, de la poesía brasileña. Y al que se largue, pues buen viaje. De todas formas la jira catárquica no para. Ni que quiera. A fin de cuentas "ele vai viver sozinho".

Ahora matamos dos pájaros de un tiro. Tres pájaros para ser precisos. Pedro Caetano, Elis Regina y su hija Maria Rita. El tema es É com esse que eu vou. Otra joya. El que haya escuchado que Maria Rita canta como su madre y no conozca la obra poética de Caetano, va de puro acierto con este.

Sí, Maria Rita canta como su madre. Prueben el uno dos con Cara Valente, claro que sí. Pero la reina es la reina. Más suave. Cuando tenía la edad de Rita, Elis había grabado 20 discos. Pero la belleza de Rita es... diferente.
Pedro Caetano es uno de los grandes, digan lo que digan, más de 400 composiciones; É com esse que eu vou, un éxito memorable del carnaval del 48.

Chúpense esa mandarina que se las dejo dulce. Prometo apoyo para éste, cualquier anterior y futuro: la ayuda del maestro Zico fue requerida en súplica.


Ha llegado el apoyo: escuchen lo que les digo.


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martes, junio 20, 2006

Hasta cuando


Que ladilla cuando estás listo para darle a esto, para sacarte alguna idea y lanzarla al vacío, catarsis, y en medio del desahogo aparece otra, tremenda, válida, complementaria, incluso necesaria. Y paras. Intentas coordinar, y terminas perdiendo las dos. Al carajo!

lunes, junio 19, 2006

Baden Powell


No, nada que ver con scouts o escultismo, tampoco con el mismísimo Lord Robert Stephenson Baden-Powell of Gilwell.

Este es de los buenos. Bueno, de los buenos para quienes disfrutamos de una velada de esas de beber y hablar, caña por supuesto, paja por supuesto, con un buen bossa nova al fondo, o encima, como sea, como los de nuestro Baden Powell. Tampoco es que el Lord sea malo; es que la caña-conversa-nocturna-bossa no va con desarrollo físico-mental-espiritual, ¿o sí?. Coño me enredé. Empezamos otra vez.

El escultismo "...busca el desarrollo físico, espiritual y mental de los jóvenes para que puedan desarrollar un papel constructivo en la sociedad, con énfasis en las actividades al aire libre...". Me volví a enredar. Y acaso no fue en una playa de San Salvador de Bahía, a pleno aire libre, de donde a Vinicius y Toquinho les salió, cachaza y agua de coco de por medio, la "Tarde em Itapoã". Bueno, basta.

Solo quería dejarles con un tema de Baden Powell y el propio Vinicius, Apelo. De lo mejor. Y es que a esta gente se les va la vida componiendo unos temazos, y a nosotros agradeciéndoles.

El tema va así:

"Ah, meu amor não vais embora
vê a vida como chora, vê que triste esta canção
Não, eu te peço não te ausentes
pois a dor que agora sentes só se esquece no perdão

Ah, minha amada me perdoa
pois embora ainda te doa a tristeza que causei
eu te suplico não destruas tantas coisas que são tuas
por um mal que eu já paguei

Ah, minha amada se soubesses
da tristeza que há nas preces
que a chorar te faço eu
se tu soubesses num momento todo arrependimento
como tudo entristeceu
Se tu soubesses como é triste
perceber que tu partistes
sem sequer dizer adeus

Ah, meu amor tu voltarias
e de novo cairias
a chorar nos braços meus!"

Pónganle musiquita y un traguito, para que vean cómo provoca hablar paja con alguien. Ahora mismo voy levantando el teléfono, a ver quién se pega.

viernes, junio 16, 2006

Son las 12. Se abre el Panteón


"Un hombre que iba por un camino
que quizás a su casa le conducía,
llevaba consigo una pala,
y a mitad del camino,
y a mitad del camino,
y a mitad del camiino
un hoyo abrió.
Yo, que por allí caminaba,
vi cuando algo enterrar disimulaba;
me le acerqué y le pregunté: ¿qué entierra usted?
y él me contestó: Eentierro el amooor que leee teníaaaaa
a la ingrata aquella llamada María
que cuando yo me iba
con otro se veía.
Era tan grande el amor
que tenía en su corazóooon
que él solo en un día
hizo un panteón..."
(Orquesta Zodiac Panteón de Amor)
¡Qué vaina tan buena!

Hurtado


De tanto hacerlo (y sí, de disfrutarlo) he llegado a la plena convicción de que es absolutamente necesario (un imperativo categórico pues), compartir toda fuente de conocimiento o de información o de inquietud o satisfacción intelectual.

También ha sido difícil olvidar aquella Ley de Nelson: “Robar las ideas de una persona es plagio; robar las de muchas es investigación”. No se diga más. No, no basta con dárselas de campeón de la paráfrasis. Además de una pérdida de tiempo insospechada, es casi seguro que no quedará tan claro y contundente como el original, es más, seguramente ni se entenderá. Y toda vez que veo la paráfrasis como el arte de suprimir, suplantar y desordenar (“Explicación o interpretación explicativa...” según la RAE), en eso quedará todo: tremendo pastel.

Y es que a quienes se entregan a su idea y se comprometen a desarrollarla con el ánimo de compartirla, de hacerla pública, no se les puede dejar como una cuerda de pendejos: «Déjame explicar mejor la idea de este otro pana», o peor, «Se me ocurre cómo mejorar esta idea». Termina uno haciendo de pendejo. Coño, no, déjala quieta, o mejor, invéntate una; te paso un dato: comillas. Sencillo.

Muéstranos que también lees y qué te sorprende, qué te agrada, qué compartes. Pero deja que lo sepamos de primera mano. Prohibido el refrito, también el pasticho.

Si no tienes algo nuevo que decir, esta bien, fíjate que yo tampoco, pero al menos no empastelo.

jueves, junio 15, 2006

Liminar


Resulta verdaderamente difícil olvidar una frase como esa, la que propone Max Black como ejemplo de la teoría formulada en su Metáfora. De entrada, libre de algún conocimiento de la teoría interaccional de la metáfora, o de su opuesta (o complementaria) teoría conceptual [y es que hay que ver para creer cuántas teorías, unas contra otras, y cada una con un nombre más cartelúo], tanto más interesante y divertida pues se hace propio el planteamiento y en pocos segundos, luego del riguroso y entretenido paseo por las asociaciones, todo está resuelto: es cierto; estás equivocado; cómo saberlo?. Todo dependerá, como dicen los panas de la teoría conceptual, del mapeo experimentado en el sistema conceptual propio y; como dicen los de la interaccional, de la determinación mutua entre tópico y vehículo [claro que ambos refieren preferentemente el proceso de creación de la metáfora, y no nuestro divertimento, el fenómeno translinguístico].

Seguimos.

En todo caso, lo que sí es necesario es identificar con precisión [con la que se pueda, claro] qué es un juego de suma-cero [aunque la ignorancia en este caso contribuye con la metralla de resultados cognitivos]: es una modalidad de juego no-cooperativo donde sólo hay un ganador, en caso de participar sólo dos jugadores, y su ganancia está determinada por la pérdida del otro; la única alternativa [relativa, me atrevo] es el equilibrio de Nash.

Así, ya feliz o miserable, liberado o abandonado, victimario o víctima, todos coincidirán en que al momento de disolverse el vínculo, la metáfora es una expresión gloriosa e inatacable de su coyuntura. Es así pues.

También habrá quienes empalagados por las mieles del reciente cambio de estado, aún confiados en su decisión y fresca todavía la celebración, se unirán a los ya mas longevos y establecidos para sostener, intransigentes, que la metáfora es imposible o absurda y que la única cualidad coexistente en ella surge precisamente en el escenario de equilibrio de Nash [obviando la temporalidad de ese equilibrio en un juego sin límite, como demanda nuestro tópico], aunque no están de acuerdo, además, con que se trate de un juego no-cooperativo.

Están los que en medio del problema ven hacia los lados sin saber cómo salvarse [y hasta salvar al otro]: si continuando el juego con el ansia suplicante del equilibrio; si rechazando la no-cooperatividad sin negar el juego [obviamente planteándose un determinado objetivo común, cooperando pues]; o si rindiéndose al indefectible resultado del juego de suma-cero sin límite, pretendiendo adelantarse en el resultado.

Otros, tomarán partido por cualquiera de las radicales sí o no por no saber, o por conocer de segunda mano, por ser testigos referenciales seguramente anclados en la imagen proyectada por su propia experiencia familiar, en un plano diferenciado del que tiene o tuvo intención o experiencia de crear una célula social. Pero a fin de cuentas no saben; o saben distinto. Apuestan, pues.

Obviamente no faltará el observador fatuo.

Como vemos, el que tuvo no quiere para los demás, o quiere algo mejor [no necesariamente distinto]: no juegues; gana; o no dejes de jugar; el que tiene cree o quiere creer que el equilibrio puede mantenerse [no creemos dice la Gaceta], o se esfuerza por cooperar en la convicción de lo absurdo de la propuesta, mas entendemos siempre que no será su intención apresurarse a dar la puñalada; y el que no sabe, pues feliz como una lombriz, a fin de cuentas todavía no le importa [mucho, al menos].

Para mí, el juego terminará siendo tarde para saber si "El matrimonio es un juego de suma-cero", y a empezar otra vez.